Hace 23 años, gracias a al espíritu altruista de Doña Ana Aristizabal, madre de los fundadores de la empresa Acesco, quien preocupada por la educación de las niñas de la zona rural del municipio de Pensilvania (Caldas) al no tener dónde culminar sus estudios de bachillerato, decide aunar esfuerzos e impulsar la creación de los hogares Santa Ana y San Juan, espacios donde las niñas del campo encuentran una oportunidad de vivienda mientras continúan con su formación académica.
Más de 500 adolescentes a lo largo de estos años, han pasado por los hogares, logrando formarse académicamente y trazándose un proyecto de vida claro y fortalecido con miras a transformar la historia propia y de sus familias, rompiendo con los patrones y esquemas tradicionales de crianza, en donde demuestran que la mujer rural es la gran protagonista en la construcción de la sociedad actual.